Tilly and the Wall

Es lo que tiene enredar en la red mientras el resto de los ocupantes de la casa se divierten viendo los hombres de Paco. Es lo que tiene, que buscas y encuentras algo, ¡ostias!, ¿si? y sigues buscando, tiras de otro hilo y al final no sabes por dónde empezaste. Yo solo quería escribir una entrada más del blog y se me ocurrió hablar de Tilly and the Wall porque cuando íbamos en el coche de camino al Carrefour, me ha tocado elegir a mí y E atrás la silbaba mientras I delante la escuchaba atentamente moviendo ligeramente la pierna izquierda. E silbaba e I se movía al ritmo de "Pot Kettle Black," que creo que al menos en los EU es un, ¿relativo?, éxito. Seguro que en Omaha lo es. ¿Y no escribí yo ya sobre Omaha en este blog? Y entonces no tenía ni idea de que Tilly and the Wall eran de allí. Quién sabe, quizás a quien me encontré en Homer's no era a Conor Oberst si no al tap dancer de los Tilliandegüol. Porque mira que he leído que estos tipos no tienen batería y en lugar de ello tienen a un tipo que baila claqué, aunque también le da a las baquetas en algún momento. Quizás era aquel tipo serio que bebía pepsi mientras leía la prensa cuando yo entré a la gasolinera a las cinco de la mañana para comprar una botella de Mountain Dew y una tableta de chocolate Hershey. Fuera hacía frío y en lugar de volver, me senté cerca de él y me fumé un cigarrillo mientras miraba el tráfico en dirección a la 29. ¿Dónde estarían entonces Tilly? ¿Subido al muro? Si escucho "Pot Kettle Black" pues no me entero de nada, mucho slang, llaman hipócrita a alguien, le acusan de andar insultando, ¿de quién estarán hablando? Y enredas y enredas en Internet mientras los demás siguen viendo los hombres de Paco. Yo solo quería contar como E silbaba e I taconeaba porque la canción es pegadiza y o bien te pones a silbar o bien te da por el taconeo. Ahora viene cuando digo a quien se parece, y vuelvo a hablar del chico de Bright Eyes y quizás cierro con otra anécdota sin chicha de mi gris experiencia en el Medio Oeste Americano. Pero, ¡no!, ah, ¡nop ketel blac ketle blac! Ahora soy yo el que silba y taconea al mismo tiempo, y eso, y solo eso, era lo que quería decir.

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