Richmond Fontaine

Hoy he dicho Richmond Fontaine dos veces. Primero, a la camarera del Antzoki. Mientras ponía un café, le he dicho que venía a comprar entradas. En euskera me ha preguntado para cuál. Y en castellano le he dicho en inglés: Richmond Fontaine. Poco después, me he metido en el Fnac. Ahora llevan unas camisetas amarillas que pone no sé qué. Como no lo encontraba, le he preguntado a un pelirrojo de barba: ¿os ha llegado el último disco de Richmond Fontaine? Dos veces. Y esta es la segunda vez que hablo en este blog de Richmond Fontaine, aunque antes me centré en Willy Vlautin y en sus dos novelas y en la música de fondo que había compuesto con Paul Brainard para la segunda, la que contaba la historia de Allyson. Mañana veré a Richmond Fontaine, por primera vez. Antes, tendré la oportunidad de disfrutar de Bravo Johnson, que son algo así como un grupo paralelo de la gente de Los Deltonos, Hendrik Roever está que no para. En fin, que mañana es día de buenas guitarras, probablemente pedal steel, armónicas, viajes gratuitos al oeste de carreteras más que de cañones, camisas de cuadros, acentos acerados por la cerveza fría y mucho ambiente de sombras y luces, de lucidez y pesadumbre. Ya no recuerdo cómo descubrí a Richmond Fontaine pero recuerdo el eco de los de Oregón cuando el polvoriento capó del Taurus brillaba bajo el sol. Polvo y carreteras secundarias, un horizonte pardo y un cielo inmenso (at least you'll have the Western Sky) bajo el que todas las cosas parecían posible: la soledad y la libertad, la derrota y la victoria, la aventura y el sopor. Solo Lambchop, Calexico y/o Richmond Fontaine consiguen traducir eso en el lenguaje de la música. Mañana, tocará escuchar como suena el cielo del oeste americano.
Posdata: se me olvidaba. Hay que proponer una canción. A mí me gusta la vieja "Montgomery Park", pero vamos a colgar el video donde dice Vlautin lo de at least you'll have the Western Sky, que seguro que sonará mañana: "You Can Move Back Here"

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