Deerhunter

Todo el día escuchando música.
Todo el puto día con los cascos puestos.
Déjame que te cuente: Julio de la Rosa, Deer Tick, Jenny and Johnny, Titus Andronicus, Arcade Fire, Dylan Leblanc, Iron & Wine y Deerhunter.
Escuchando música en el metro, subiendo las escaleras mecánicas a zancadas por la izquierda, bostezando en la parada, escuchando música en el autobús mientras leo The Miracle Life of Edgar Mint, fumando antes de entrar a currar, mientras tecleo, mientras saco otro cigarrillo a la salida del trabajo, escuchando música mientras camino por la ciudad, en la estación, dando vueltas esperando a que salga el autobús de vuelta, mirando como una pareja juega con un cachorro, escuchando música de vuelta a casa en el autobús mientras sigo leyendo The Miracle Life of Edgar Mint, en el metro, cruzando la elíptica, entrando en la tienda de discos, justo después de pagar las entradas, escuchando música de vuelta al metro, mientras subo a zancadas las escaleras mecánicas por la izquierda, tomando una cerveza mientras leo el periódico. Me he quitado los cascos hace dos horas.
No tengo los cascos puestos pero aún puedo escuchar la música.
Te puedo decir que el primer minuto de "Coronado" y el último minuto de "Coronado". Te puedo decir que la línea de bajo de "Desire Lines" o, por qué no, el aire wilco-blitzentrapper de "Revival", hasta los pasadizos más ambient, más estrechos de un disco oscuro lleno de frágiles fracturas por donde entra una luz muy muy brillante. Pero me quedo con "Memory Boy". El "it's not a house anymore" aún puedo escucharlo aunque me haya quitado los cascos hace dos horas. Por cierto.
Una cuestión.
Bradford Cox, bien, y una colección de miembros más. Pero me pregunto, ¿Moses Archuleta? Archuleta es un apellido vasco, ¿no? Y, aún más, David Archuleta... ¿no era el chaval ese mormón de Florida que quedó segundo en American Idol? Su libro Chords of Strength, precioso título, escrito al alimón con una tal Monica Haim es un best-seller, ¿no? Pero, no, no es familia que yo sepa de Moses Archuleta. ¿Por qué cuento esto? Porque yo soy el memoryboy de los cojones, leo una cosa sin ningún valor, y no se me olvida, joder.
Y aún así.
Ya de vuelta en casa.
Sigue.
It's not a house anymore.
Deerhunter.
Otro día cuento la hora más estúpida de mi vida, tirado sobre un tramo de tierra, emboscado detrás de unos matorrales, observando a los venados moverse por el bosque, por decir que los veía, porque decía que sí cuando aquel gordo americano me pegaba con el codo en el costado y me susurraba see'm, see'm, ye see'm?, y yo decía que sí aunque lo único que veía era un puñado de sombras. Pero eso ya lo cuento otro día, aunque ya lo he contado.

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