Dos mil dieci...



Es la época, ya sabes. Hay que mirar hacia atrás y ordenar. Hacer listas, recapitular. A mí eso nunca se me ha dado muy bien. Por dos razones, creo. Una, soy de natural, por coeficiente y tenacidad, incapaz de guardar datos útiles de los que después disponer. Podría, como hago a veces, recopilarlos, organizarlos, y exhibirlos. Pero me da pereza. Por otro lado, tengo una razón ética, de valores. Nunca he sido yo mucho de esgrimirlos porque soy más bien de dudar y poner mejillas, pero la verdad es que este blog nació con espíritu irreverente, caprichoso y mudable, y así quiero que muera. Le tenemos un poco de alergia a las convenciones y a lo establecido, aunque luego seamos un animal falible y lleno de taras como todos los demás.

Por eso, un año más, no esperéis aquí listas de lo mejor del año y cosas así. No os voy a decir cuál ha sido el mejor concierto al que he asistido, por ejemplo, porque, entre otras cosas, ni con una pistola en la sien creo que sería capaz de decirlo con sinceridad. No es mi rollo, no se me da bien.
Este año, eso sí, fíjate por donde, lo que sí voy a hacer es mirar las listas de lo mejor del año que hagan otros. Tengo mis fuentes fiables y quiero estudiarlas. Entre otras cosas, porque tengo la sensación de que me he perdido muchos discos. Ha sido un año más ceñido a lo local (lo local es enorme) y tengo la sensación de que no voy a conocer ni la mitad de lo que hablen. El otro día, por ejemplo, cayó en mis manos, por casualidad, la que Joseba Vegas había escrito para BI FM con lo mejor de esta zona en 2017. Los gustos de Vegas y los de un servidor han ido separándose como las líneas que aparecen en la prueba esa que te hacen en el test psicotécnico. Pero, aún así, valoro su criterio y su pluma, y me sorprendió encontrar en la lista varias bandas a las que no me hubiera importado prestarles oído durante este año. 

Me pasaré el mes de enero escuchando lo que tuve todo un año para escuchar.

De todas formas, ya que estamos aquí, podemos ofrecer un repaso de lo que ha pasado en este blog durante doce meses. He escrito 71 entradas en 12 meses (sin contar esta y alguna otra que igual cae antes de que nos comamos las uvas). Da a una media de casi 6 al mes (5,91). Sin embargo el promedio es engañoso porque la asiduidad ha sido muy caprichosa. Un ejemplo: en julio escribí 21 entradas y en agosto, una, y por vergüenza. Intentando resumir, creo que ha sido un año marcado por dos episodios. Uno, la confirmación y consolidación del que dimos en llamar FestiBal. Es decir, la ristra de conciertos emprendidos por la hostelería en Barakaldo durante las fiestas patronales. Participar y contribuir al acontecimiento fue extenuante pero enriquecedor. De ahí vienen las más de veinte entradas de julio. En febrero, nos hicimos eco del triste fallecimiento de Asier Martínez Mintegi, "Pulpo", guitarrista de Porco Bravo y amigo de este blog. Su recuerdo marcó la entrada más leída del año y, por ende, de la historia de este blog. Hubo otros momentos para el recuerdo en este año, conciertos, nuevas amistades, la conexión extremeña establecida en octubre, pero, quizás, lo que más ha afectado al blog sin que ello haya sido visible en el mismo ha sido que el que habitualmente escribe aquí haya comenzado a colaborar con otro proyecto privado, escribiendo también de música en directo y evitando duplicar esas crónicas aquí. La experiencia no me ha quitado las ganas de seguir apareciendo por aquí de vez en cuando, así que sospecho que pasará lo mismo en 2018. Va a ser un año duro y exigente en lo personal y lo profesional, pero intentaremos, como hemos hecho hasta ahora, contribuir en nuestra humilde capacidad y, sobre todo, no molestar mucho. 

Bueno, en cualquier caso, lo que quería anunciar con esta entrada es que, al igual que el año pasado, y aunque ya vayamos tarde, vamos a aprovechar el fin de año y el comienzo del próximo, hasta la festividad de Reyes, para publicar varias reseñas de discos que hemos escuchado durante el año pero que no tuvimos oportunidad de glosar aquí. No vamos a recuperar la etiqueta 500 Fiascos, que usamos en la anterior ocasión, porque a lo largo del año ya hemos venido usando una distinta pero con parecido objetivo, Fiasco Review!, y creemos más oportuno consolidar y continuar esta. No creo que me dé tiempo a cubrir ni la mitad de las bandas de las que podría o me gustaría hablar, pero tampoco creo que los aficionados a la música o los curiosos que se asomen por aquí vayan a perder nada irrecuperable por no leerlas. La lista es larga como un concierto de rock sinfónico: Banda Magnética, Joana Serrat, Desorden, Rafa Rueda, Nuevo Catecismo Católico, Berri Txarrak, Jason Isbell & the 400 units, Ricardo Lezón, Audience, Cyanide Pills, Bullet Proof Lovers, Trance, Bonzos... Ya veremos cuántos cubrimos y hasta donde llegamos. Casi que me conformo con un par de ellos, pero intentaremos ser tozudos y perseverantes. 

Por lo demás, y dejándonos de lugares comunes y costumbres, paganas o piadosas, nos atrevemos a desearos que el año que entra os traiga un hambre voraz por consumir música hasta la sobredosis.  Nuestro consejo para una buena promesa de año nuevo: salid a tomar el aire al interior de los locales con música en directo. Y si los Reyes os regalan una interesante lectura, dígase un ganador del Planeta, un libro de autoayuda o la biografía de un presentador de televisión, desconfiad de quien dice que os ama y no caigas en sus garras. Guardad el ticket y cambiadlo inmediatamente por algún tufo de serie B que no le interese a nadie: leer no mola, te obliga a pensar, y pensar es un truño. Id rápido a cambiarlo por cualquier otro bodrio que os permita aparentar y evitar el sufrimiento. Siempre hay gente perdiendo el tiempo con proyectos ridículos y que no contribuyen en nada al progreso de la sociedad como, por mencionar uno, el recién publicado Mierda de Bizkaia y sus grupos punks maqueteros, 1977-1989, que yo ya le regalé en el Olentzero a mi suegro para que calce la mesa de la cocina. Qué dulce es la ironía. Ahora coge un espejo, y lee este último párrafo reflejado en él. Pillad el sarcasmo y entendedme del revés si os apetece. Yo me voy hoy de concierto, acabo de estar escuchando a NCC y he cerrado hace un instante el libro que os ponía como ejemplo y me siento bien, como henchido, con ganas de ponerme una capa de tela de rasete, hacerme superhéroe y salir por ahí a salvar al universo. 

Todo este exabrupto final sírvase como advertencia de que, en 2018, el blog y el que lo escribe seguirán siendo igual de excesivos, retorcidos y aparatosos. Y el que advierte, como dice Manu el Gallego, no es traidor es advertidor. 

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